La psicoterapia familiar se utiliza como método de intervención en aquellos casos que existen problemas de relación entre los miembros de la familia. Las dificultades se pueden transformar en problemas cuya solución requiere de la intervención de un tercero. Estas dificultades pueden ser de diversa naturaleza y cuando se agudizan se pueden clasificar en función de crisis normativas o no normativas. Entre las primeras se encuentran crisis propias de los cambios en las etapas de desarrollo de la familia como puede ser el ingreso un hijo al sistema escolar, la adolescencia o la salida del hogar de hijos en la etapa adulta. Las crisis no normativas se refieren a eventos inesperados. Pueden expresarse debido a la convivencia con un miembro de la familia  con una enfermedad aguda (cáncer, depresión post- parto) o crónica ( madre con diversos episodios de depresión severa, hijo con parálisis cerebral, alcoholismo paterno, etc.), duelos no resueltos, migración, etc. Estas crisis pueden tener diversos impactos tanto en los miembros de la familia como en la familia como totalidad y por lo tanto las intervenciones van a estar orientadas a mejorar la convivencia, movilizar los recursos de la familia, favoreciendo una adecuada adaptación, cohesión y bienestar emocional. La psicoterapia familiar es generalmente realizada por psicólogo/as y psiquiatras.